Os dejo un tip literario que he descubierto y que, a mí, me ha quitado de muchos quebraderos de cabeza, además de indicarme que sigue abierto y que está cerrado. Es una excelente guía que solo os llevará unos 3 o 4 minutos por capítulo.
Os cuento.
Una vez que termináis de escribir un capítulo, no sigáis de momento con el siguiente, primero, apuntáis en una libreta el nombre de los personajes que aparecen en el capítulo que habéis terminado y lo más destacado que hagan. A continuación, apuntáis junto a cada nombre las preguntas que aparecen, como por ejemplo ¿sabe qué hace su prima Laura?
Puede parecer algo tonto, pero claro, eso pasa cuando lleváis pocos capítulos, pero ¿qué pasa con las preguntas que aparecen en el capítulo 1 y que aún no habéis respondido en el capítulo 9? Se supone que el lector si lo sabrá, pero ¿vosotros os acordáis? Esto nos quita de tener que llevarlo todo en la cabeza. Además, nos evita que, en un momento dado, digamos por ejemplo: Fernando tiene un coche rojo con el que lleva a Laura de paseo, para varias páginas después, decir Carlos tiene un coche rojo con el que lleva a Laura de paseo. Pueden ser muchos motivos por el cual los dos tengan coches del mismo color y que lleven a la misma chica, pero un lector va a pensar: Esta escritora se ha equivocado. Y eso no podemos permitirlo, debemos evitar que el lector piense eso, él lee puede que 20, 40 o 100 páginas en un día, pero nosotros necesitamos para escribir eso semanas. El lector medio pendiente en lo que lee, va a pensar en eso que os he dicho, no se le va a ocurrir ninguna otra explicación aunque la hayamos dado páginas atrás.
Lo que os he dicho ha sido un ejemplo que me he inventado, pero puede pasar en muchas cosas, y tener las cosas en orden nunca viene mal, sobre todo, si sois de los que dejáis a vuestros personajes a su aire.
Pronto, más tips literarios.